lunes, 18 de noviembre de 2013

COMO TRATAR A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Seguro que en muchas ocasiones os habéis enfrentado al trato directo con alguien que tiene algún tipo de discapacidad y, como no estáis familiarizados con la misma, os habéis sentido "incómodos", por así decirlo y ha derivado en un trato "anormal", poco natural, en el que quizás no habríais caído si vuestro interlocutor hubiera sido, aparentemente, cualquier persona sin discapacidad. Es algo muy común y estas situaciones resultan bastante más normales de lo que a priori debería ocurrir. En muchos manuales se redactan unos puntos generales sobre cómo se debe tratar a las personas con discapacidad. Es cierto que la respuesta más evidente es que a estas personas se las debe tratar como a cualquier otra, de la forma en que uno mismo es natural en sus relaciones sociales habituales. Sin embargo esta cuestión puede llegar a complicarse y ser ofensiva o inapropiada, debido a algunas de las particularidades que tiene el colectivo de la discapacidad por su propia naturaleza y la poca información que la sociedad en general dispone habitualmente. Como apuntaba más arriba, algunas publicaciones especializadas recomiendan: No subestimar a las personas con discapacidad. En el sentido de que ellos mismos son capaces de hacer bastantes cosas por sí solos, por lo que no hay que estar permanentemente ayudándolos a todo. Este factor es importante tenerlo en cuenta también a los propios familiares, que "mal acostumbran" a la persona con discapacidad de manera que al no hacer nada, se vuelve todavía más dependiente de lo que en origen debió ser. Hay que tener en cuenta que un gran porcentaje de acciones que las personas con discapacidad no pueden hacer se debe a malas prácticas de la propia sociedad, debido a la falta de accesibilidad. No ayudar nunca sin proponerlo antes. Hay que hacer una pregunta directa y de forma natural, esperar la respuesta y si ésta es afirmativa, realizar la ayuda de forma discreta, sin "sobreproteccionismos" o incluso "presumiendo" de hacer esa ayuda. Hay que comportarse con naturalidad en las relaciones personales. Esa naturalidad implica no sentirse incómodo en el trato, o decir expresiones compasivas (algo que molesta mucho a un amigo mío: le llaman "campeón" por el hecho de ir en silla de ruedas). No dirigirse a los acompañantes a menos que no puedan comunicarse por ellos mismos. Cuestión especialmente importante cuando se trata de un servicio al público, como restaurantes, comercios, etc. Demostrar comprensión y tolerancia ante su posible susceptibilidad. Con la falta de accesibilidad existente en todo, lo más normal es que el cabreo por parte del cliente sea importante y habitual. Y posiblemente os preguntaréis qué tiene esto que ver con la accesibilidad. Realmente, todo está relacionado entre sí y la concienciación de la sociedad frente a estos temas consigue que la inclusión de todos sea real y efectiva, por lo que la accesibilidad será parte de la propia demanda social, que espero sea algo habitual en el futuro próximo. No olvidéis que nos dedicamos a diseñar y construir entornos accesibles desde cero o reformándolos para que lo sean, que es en definitiva, una forma de tratar a las personas con discapacidad con naturalidad.

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