Virginia Felipe: «no hay que esperar a que las personas con discapacidad entremos en las instituciones para estas sean accesibles»
La ex-senadora Virginia Felipe se hizo popular en el inicio de su primera legislatura al jurar que no volvería a prestar juramento como representante del pueblo en una sala con barreras donde no se hagan efectivos los derechos de todas las personas.
Virginia Felipe Saelices fue senadora de las Cortes Generales por Castilla-La Mancha (2015-2019) con Podemos. El pasado 1 de julio anunció que dejaba la política. Ella fue la primera mujer en España, y segunda en el mundo, en ser madre con AME (Atrofia Muscular Espinal) del tipo 2.
En enero de 2016, los focos se centraron en ella cuando prometió no volver a prestar juramento como representante del pueblo en una sala con barreras. Días después, la Mesa del Senado aprobó la adaptación de la Cámara para que sea totalmente accesible.
Además, ha ocupado otros cargos como colaboradora y embajadora de la Fundación Isabel Gremio, para la Investigación de distrofias musculares y otras enfermedades raras. También ha sido miembro del Comité de Apoyo de CERMI y modelo en desfiles de moda y ropa adaptada para sensibilizar a los diseñadores con diseños de Adolfo Domínguez, Amaya Arzuaga y Marta Espín.
No hemos querido perder la oportunidad de poder entrevistarla desde TODODISCA para reconocerle todo el esfuerzo y trabajo por mejorar los derechos y la vida de las personas con discapacidad durante su etapa como política.
¿Qué te llevó a la política?
En 2015 era Coordinadora en Castilla-La Mancha de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER) y me reuní con todos los grupos políticos para trasladarles nuestras reivindicaciones y necesidades de cara a las elecciones autonómicas y municipales. Posteriormente, Podemos CLM se puso en contacto conmigo y me propuso que me presentase a sus primarias. Aunque nunca he militado en partidos políticos, siempre he estado comprometida con causas sociales, especialmente con los derechos de las personas con discapacidad, y éste era otro paso más en ese compromiso. Por eso, decidí presentarme como independiente, ya que siendo mujer con discapacidad, quería contribuir a dar visibilidad desde una imagen positiva a la diversidad de la diferencia, como reflejo de una sociedad inclusiva, con oportunidades para todos, también en las instituciones.
Saliste, ¿qué fue lo primero que hiciste como Senadora?
Cuando llegué al Senado me encontré con muchas barreras de todo tipo para las personas con discapacidad y empecé a reivindicar que fuese plenamente accesible. De hecho, en la Sesión Constitutiva de la XI Legislatura del Senado, celebrada en el Salón de Sesiones, acaté la Constitución prometiendo que no volvería a prestar juramento como representante del pueblo en una sala con barreras donde no se hagan efectivos los derechos de todas las personas. Y lo cumplí.
Precisamente, el vídeo de esa promesa fue difundido por Todo Disca, alcanzando millones de reproducciones en pocas horas.
¿Están preparadas las instituciones para que haya políticos con discapacidad?
Aún queda mucho por hacer, ya que los plazos legales han vencido sin que se cumplan las condiciones de accesibilidad y no discriminación. No puede ser que en el siglo XXI, en un país moderno como es España, las instituciones, donde se estudian y debaten leyes, incluidas las que reconocen nuestros derechos, no sean plenamente accesibles para todas las personas: sin accesibilidad no hay derechos. Y las personas con discapacidad tenemos los mismos derechos que las demás, incluido el de participar en la vida política y pública en igualdad de condiciones, tal y como recoge la Constitución Española y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Por ello, no hay que esperar a que las personas con discapacidad entremos en las instituciones para empezar a hacer que éstas sean accesibles, sino que deben serlo con anterioridad, ya que, además, la accesibilidad hace que haya ventajas funcionales para todos.
¿Cuáles fueron tus mejores propuestas?
Todas son igual de importantes, ya que todos y cada uno de los derechos y libertades recogidos en la Convención están interrelacionados, son interdependientes y ninguno de ellos puede entenderse sin los demás. En consecuencia, todos deben hacerse reales y efectivos, puesto que la vulneración de cualquiera de ellos constituye una discriminación que atenta contra la dignidad y el valor inherentes del ser humano.
Y para empezar, era necesario que el Senado tuviese un espacio propio desde el que garantizar que el conjunto de normas vigentes, en elaboración y futuras de nuestro Ordenamiento Jurídico protejan y aseguren todos nuestros derechos y no vulneren ninguno de ellos, adaptándolo al modelo de Derechos Humanos. Por eso propuse la creación de la Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad con carácter Permanente y Legislativo.
¿Un momento malo?
Cada vez que no podía ejercer mi trabajo en igualdad de condiciones que los demás. Pero lo pasé especialmente mal cuando la Mesa del Senado acordó anular el voto realizado como ajuste razonable (de conformidad con la Convención, las Observaciones Generales de su Comité y la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social) a través de mi asistente personal y amonestarme. Permíteme que profundice en este hecho.
Si no pude llegar antes al Hemiciclo fue debido a que en esa planta no hay un baño adaptado a mis necesidades (con camilla), y me veía en la obligación de acudir al que se encuentra en el edificio de los despachos. Esta falta de accesibilidad supone una situación de desigualdad en comparación con el resto de Senadores ─que pueden usar los baños existentes en la planta del Hemiciclo, a pocos metros del mismo─, provocando una demora con todo lo que ello conlleva, ya que para llegar hasta dicho baño debo atravesar la zona conocida como ‘M-30’; coger un ascensor y bajar a la planta de Bailén; coger otro ascensor para subir hasta la planta del Hemiciclo; recorrer un pasillo; y coger un tercer ascensor hasta la 4ª planta donde se hallan los despachos y el baño con la camilla que necesito.
También hay que tener en cuenta que me desplazo en mi silla de ruedas a una velocidad menor que la de los demás Senadores, por lo que necesito más tiempo; y que una vez en el baño, y a causa de mi patología, necesito más tiempo que los demás y contar con la ayuda de mis asistentes personales.
Cuando mi asistente personal entra en el Hemiciclo, le comunica al Ujier que estoy a punto de llegar y que me esperen. El Ujier responde que no; que debe cerrar la puerta, procediendo a hacerlo de forma inmediata. Unos segundos después, llego a la puerta del Hemiciclo, que se encuentra cerrada.
Cabe señalar que algo más de un mes antes había asistido en sustitución de una compañera a la sesión de la Comisión Mixta para las relaciones con el Tribunal de Cuentas en el Congreso de los Diputados, y que por indicación de la Letrada de la Mesa, ante la falta de accesibilidad del escaño y el sistema de votación del mismo, fue mi asistente personal quien efectuó las votaciones. Además, el Reglamento del Senado no recoge que mi asistente personal pueda votar como ajuste razonable únicamente en caso de que yo me encuentre presente.
Hay mucho desconocimiento sobre las personas con discapacidad y nuestros derechos, y la toma de conciencia es un aspecto fundamental en el que hay que trabajar.
¿Cuál será tu actividad ahora?
Todavía no me he planteado nada en concreto porque ahora debo cuidarme. Pero, como dije antes, siempre he estado comprometida con causas sociales, especialmente con los derechos de las personas con discapacidad, y en este sentido seguiré poniendo mi granito de arena para lograr un mundo donde se respete la diferencia, sin prejuicios, discriminaciones ni barreras, en el que las generaciones futuras no tengan que dedicar gran parte de su vida a luchar contra todos los obstáculos que nos encontramos para conseguir que nuestros derechos se hagan efectivos.
Espero que la vida me permita seguir dando lo mejor de mí y que sirva positivamente para la humanidad. En definitiva, dejar una bonita huella.
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