Es importante recalcar que una plaza de aparcamiento reservada para personas que necesitan de accesibilidad «favorece» a una persona con movilidad reducida poder desplazarse y moverse de manera segura, autónoma e independiente.
En este artículo os resumimos cinco motivos para no aparcar en plazas de aparcamientos para personas con movilidad reducida, pero no antes sin explicar que es una plaza PMR y sus medidas.
Los centros principales de las ciudades, deberán contar con plazas reservadas para personas con movilidad reducida,
para lograr que éstas personas puedan acceder y recorrer el menor
espacio posible. El número de plazas se tendrá en cuenta según el valor
de 1 por cada 40 aparcamientos o fracción. Estas plazas estarán cerca de los cruces o itinerarios peatonales accesibles de manera que la persona pueda acceder de manera segura y autónoma.
En el caso que esto último no se cumpla, deberán tener de vado
accesible para poder acceder al paso peatonal y que no sea inseguro.
Medidas
Tanto las plazas dispuestas en perpendicular, como en diagonal a la acera, deberán tener una dimensión mínima de 5,00 m de longitud × 2,20 m de ancho
y además dispondrán de una zona de aproximación y transferencia lateral
de una longitud igual a la de la plaza y un ancho mínimo de 1,50 m.
Entre dos plazas contiguas se permitirán zonas de transferencia lateral
compartidas manteniendo las dimensiones mínimas descritas
anteriormente.
Las plazas dispuestas en línea tendrán una dimensión mínima de 5,00 m de longitud × 2,20 m de ancho y además dispondrán de una zona de aproximación y transferencia posterior de una anchura igual a la de la plaza y una longitud mínima de 1,50 m.
Estas plazas estarán señalizadas
horizontal y verticalmente. De manera que sí la señal vertical no
existiera, según la regulación de tráfico, nada impide que pueda aparcar un coche sin tarjeta de PMR, ya que no existiría señal que prohiba la ocupación de ese espacio.
5 motivos para no aparcar en aparcamiento reservado para personas con movilidad reducida
1.- No es un lujo, es una necesidad
Como anteriormente hemos mencionado, las plazas reservadas para personas con movilidad reducida,
permiten que aquellos usuarios que necesitan de accesibilidad y
recorrer el menor espacio posible, puedan hacerlo de manera segura y
autónoma. Si estas plazas son ocupadas por personas que no la necesitan,
provocan que aquellos usuarios que sí, tengan que aparcar en lugares
donde el espacio de una plaza con medidas estándar le impida subir y bajarse, acceder al itinerario accesible y que la distancia a recorrer sea mayor.
2.- Es un momentito
Los usuarios que necesitan de estas
plazas, tienen grabados en sus mentes unas de las frases más repetidas
por personas que no la necesitan, «es un momentito» o «solo dos minutos».
Ese momentito o dos minutos, provoca que
el usuario que sí la necesita, se encuentre con las plazas reservadas
ocupadas y que finalmente acabe dando vueltas hasta encontrar otra plaza
PMR que le permita poder bajarse del vehículo, depender de otra persona
o como en muchas ocasiones, sentirse frustrado y tener que abandonar la
actividad que iba realizar.
3.- La tarjeta de tus padres o abuelos, no se puede utilizar
¿Cuántos vehículos con tarjetas de aparcamientos de personas con movilidad reducida aparecen
en épocas de fiestas?. Es muy común ver todas las plazas reservadas
ocupadas en fechas navideñas, fiestas populares, eventos, etc. Y se da
porque en muchas ocasiones son tarjetas que guardan en su vehículo para
cuando el propietario de esa tarjeta (mayormente de padres o abuelos) va
en el interior y aprovechan que la poseen para utilizarla para su mayor
comodidad sin que el propietario vaya consigo.
La tarjeta no se puede utilizar si el usuario no va en el vehículo
y por tanto, no le da potestad para ocupar una plaza reservada que
otras personas sí la necesitan. Si un agente de la policía local o
competente comprueba que el usuario no va en el vehículo, se la podrán retirar y sancionarle.
4.- Las franjas amarillas no se pueden ocupar
Las plazas reservadas para movilidad
reducida tienen unas medidas específicas que hemos mencionado en la
parte superior de este artículo, por una simple razón, permite a las
personas que utilizan productos de apoyo como silla de ruedas,
andadores, etc, poder acceder lateralmente y por la parte posterior del
vehículo.
El espacio con franjas amarillas (1,5 metros), permite que una silla de ruedas pueda girar y abrir por completo la puerta para transferirse.
Si este espacio se ocupa y el usuario es conductor, no podrá acceder al
vehículo y depender de una tercera persona para poder hacer la
maniobra. Si el usuario no es conductor, tendrán que movilizar el
vehículo a una zona poco segura para realizar esta acción.
5.- Tener discapacidad no te permite aparcar en estas plazas
Hay una gran confusión con los perfiles
que pueden utilizar estas plazas denominadas popularmente «plazas de
minusválidos», «plazas discapacitados», pero pocos aciertan lo que
realmente es, plazas para personas con movilidad reducida.
Estas plazas permiten a usuarios con
movilidad reducida poder acceder con el menor recorrido y de manera
segura y autónoma a los itinerarios peatonales accesibles. De este modo y
cómo la propia descripción dice, una persona con discapacidad del 33% o
más, no necesita de esta plaza si no cumplen con los baremos de movilidad reducida que se necesitan para ocupar estas plazas.
Todas las personas, tengan o no
discapacidad, tienen movilidad reducida según en qué condiciones lo
haga. Si cargas con una caja de 15 kilos, su agilidad y destreza será
menor. Una persona valorada con movilidad reducida, lo es en su
condición normal del día a día, por lo que tener dicha movilidad en
situaciones extraordinarias, no le permite ser usuario de estas plazas
de aparcamientos.
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