martes, 20 de octubre de 2015

EL CAMINO A LA ACCESIBILIDAD

En el marco de la tercera edición de sus Premios Solidarios, la delegación territorial de la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) reconoció semanas atrás al Ayuntamiento de Alfaro su esfuerzo para normalizar la situación de las personas con discapacidad en la ciudad, sobre todo quienes sufren movilidad reducida. 

Este reconocimiento pondera las diferentes actuaciones que el Ayuntamiento ha realizado en los últimos años abrazando la sensibilidad y concienciación cada vez mayores entre los ciudadanos e instituciones acerca de la necesidad de abogar por la igualdad e integración en ventajas, condiciones y posibilidades de las personas que cuentan con alguna discapacidad. 

Con ese objetivo, el Consistorio ha acometido proyectos de reducción de barreras arquitectónicas y adaptación de los espacios en diferentes puntos que presentaban elementos constructivos y de mobiliario urbano que, por diferentes motivos, no cumplían con las especificaciones técnicas de la normativa. Esa adecuación del medio urbano para que sea accesible a los diferentes colectivos se ha traducido en actuaciones tan visibles en la pasada legislatura como la rampa que, con tres niveles, permite llegar a discapacitados, personas en sillas de ruedas y también familias con carritos de bebé o de la compra hasta el paseo La Florida, uno de los espacios verdes más frecuentados de la ciudad. Otro de los lugares de ocio y deporte favoritos de los alfareños es el polideportivo La Molineta. 

Para facilitarlo, su camino ha visto rebajes en las aceras y proximidades a pasos de cebra. De hecho, esos trabajos continúan, como en los recién finalizados en las inmediaciones de la rotonda de la Central. Por su proximidad al centro de salud, la calle Trasmuro también ha vivido rebajes en las aceras, actuaciones de accesibilidad y eliminación de barreras que también han llegado a las calles Cierzo y alrededores, Cadena, Menorca, Salamanca y Jardín con sus reformas. Además, como lugares frecuentados, el cementerio en su ampliación y la sala Graccurris se diseñaron como lugares totalmente accesibles.

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